Sobre este Blog

Buena parte de los pacientes que nos llegan a los analistas junguianos, psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras y médicos, padecen de depresión. No es raro que esto suceda si se tiene en cuenta que unos 350 millones de personas sufren de esta enfermedad en el mundo. La depresión reduce la capacidad de las personas para enfrentar los retos de la cotidianidad, y ocasiona el deterioro de las relaciones familiares, laborales y sociales. Dentro de las causas para desencadenarla se combinan múltiples factores: genéticos, biológicos, psicológicos y sociales. También pueden contribuir a gestarla situaciones difíciles de la vida, como los duelos de todo tipo, el desempleo, el abuso temprano, los conflictos familiares. Los tratamientos que se recomiendan son igualmente variados, desde modificaciones en el estilo de vida para los casos más leves, hasta los psicoanálisis (no sólo junguianos), psicoterapias y medicamentos, en casos más severos. A pesar de lo anterior, se trata aún de una enfermedad muy poco conocida. Este blog intenta contribuir a divulgar información sobre ella, desde todos los enfoques; pensamos que una crisis mundial como esta necesita de todo tipo de miradas. Hasta la de humor...

sábado, 24 de enero de 2015

10 mitos sobre la depresión que tenemos que dejar de creer

Por Allena Hall - Marzo de 2014. - Tomado de El Huffington Post

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                                                 Traducido del inglés por Juan Carlos Alonso

A continuación encontrarán 10 mitos y conceptos erróneos sobre la depresión que nos impiden entender la enfermedad en su totalidad.

1. La depresión es lo mismo que la tristeza

Si bien una abrumadora sensación de tristeza a menudo se considera como un síntoma de depresión, no son sinónimos. La tristeza es pasajera y temporal,  es desencadenada por experiencias difíciles en la vida y recuerdos importantes, pero va y viene; no es constante. La depresión, por otro lado, es una condición crónica. La profunda tristeza que sienten las personas deprimidas no se desvanece por sí sola, y está lejos de ser la única emoción negativa que experimentan. Las personas con depresión pueden sentirse vacías, apáticas, ansiosas y tensas de forma que hacen que vean su vida diaria como algo increíblemente difícil y doloroso.

2. Es un signo de debilidad mental

Este estigma es una de las principales razones por la que tantas personas eligen sufrir en silencio antes que buscar la ayuda que necesitan. Sin embargo, nadie elige tener depresión. Es un complejo trastorno mental que afecta biológica, psicológica y socialmente a las personas, sin discriminación alguna. En todo caso, existe una gran capacidad de recuperación en las personas que a pesar de sentirse realmente debilitadas por esta condición, hacen un esfuerzo por trabajarlo día a día.

3. Siempre se produce por eventos traumáticos

Si bien ciertas circunstancias pueden (y a menudo lo hacen) desencadenar episodios depresivos, los hechos mismos no son toda la causa de la depresión de una persona. La pérdida de un ser querido, el divorcio y otras experiencias fuertes en la vida dejarán a cualquier persona emocionalmente sensible, algún sentimiento de tristeza, remordimiento, soledad o vacío, posiblemente por un período prolongado de tiempo. Sin embargo, para aquellas personas que realmente están deprimidas, esos síntomas duran más de dos semanas y con frecuencia se repiten. Ese es uno de los principales síntomas que un médico busca en un diagnóstico de depresión.

4. No es una enfermedad de verdad

Aunque sus síntomas pueden ser difíciles de reconocer y no cuentan con un tratamiento único, la depresión es una condición médica grave. Según la Clínica Mayo, las personas con depresión tienen en realidad diferencias físicas en su cerebro, además de desequilibrios de neurotransmisores y hormonas que determinan su condición, por no mencionar su gravedad. La depresión, al igual que muchas enfermedades, afecta a una persona en todas las áreas de su vida, desde sus estados de ánimo a sus pensamientos y su existencia física. Rotular esta condición como sólo un problema de personalidad menosprecia la manera en que se sienten las personas con depresión y las disuade de buscar tratamiento.

5. Todo está en tu mente

Los síntomas emocionales a menudo son considerados como las principales características asociadas a la depresión, pero no son las únicas. Muchas personas con depresión sienten la enfermedad en todo su cuerpo. Según el National Institute of Mental Health, la depresión puede manifestarse como fatiga, insomnio, cambios inusuales en el apetito, dolores musculares crónicos y dolores en el pecho. Al fomentar la idea de que la depresión es sólo algo mental, pasamos por alto señales físicas que también llevan a diagnosticar esta grave condición.

6. Un verdadero hombre no se deprime

El hecho de que las mujeres sean dos veces más propensas a desarrollar depresión no significa que los hombres deban sufrir en silencio. De hecho, hombres de mediana edad han experimentado el mayor incremento en el número de suicidios cada año, y la mayoría de ellos pueden estar asociados a la depresión. Los hombres a menudo expresan la depresión de manera diferente a las mujeres, lo que hace que la depresión entre los hombres sea más difícil de distinguir. El miedo a parecer menos masculino, fuerte y estable,  provoca que los hombres se sientan menos capaces de hablar y recibir la ayuda que necesitan. Esto hace que la depresión sea aún más peligrosa en los hombres, ya que evitan el tratamiento, tienden a complicar su condición con el abuso de sustancias y son mucho más mortales los intentos de suicidio, debido a que permiten que su condición empeore hasta llegar a ese punto.

7. Si tus padres sufrieron de depresión, tú también lo harás

Es verdad que una predisposición genética a la depresión puede aumentar la probabilidad de desarrollar la enfermedad en una persona, sin embargo, ese riesgo es relativamente pequeño; sólo del 10 a 15 por ciento. Investigaciones anteriores sugerían que la depresión era mucho más hereditaria, pero estudios más recientes han puesto en duda esa afirmación. Las personas con antecedentes familiares de depresión pueden ser más conscientes de ciertos síntomas, pero cualquier persona que presente síntomas de depresión debe expresar sus preocupaciones a un profesional médico.

8. Los antidepresivos son la solución para sentirse mejor

Debido a que la depresión se manifiesta de manera diferente en cada persona, no es el tipo de enfermedad que se arregla con una pastilla. Los antidepresivos son un tratamiento común prescrito por los médicos, pero no son la única opción; muchas personas que sufren de depresión optan para la psicoterapia o una combinación de métodos para tratar sus síntomas. De hecho, muchos médicos consideran que el uso tanto de medicamentos como de terapia, la forma más eficaz de ayudar a alguien que sufre de depresión. Los que optan por la medicación normalmente no experimentan mejorías durante al menos seis semanas, mientras el organismo se acostumbra. Muchas personas también tienen que intentar varios  métodos antes de encontrar el que les sirva.

9. Deberás estar medicado el resto de tu vida

Los tratamientos para la depresión están totalmente adaptados a los síntomas que presenta la persona. Algunos usan medicamentos como apoyo durante un corto plazo, otros optan por usarlos como régimen constante en el transcurso de sus vidas, y otros más prefieren no usar medicamentos. Existen varias formas de psicoterapia que pueden ofrecer un tratamiento eficaz: se estima que un 40 por ciento de las personas tratan su depresión de esta manera y esto les funciona incluso mejor que la medicación. Los médicos experimentados pasan por todas las opciones de tratamiento con sus pacientes para asegurarse de que están recibiendo la atención que necesitan y que se sientan cómodos con la opción elegida.

10. Hablar de la enfermedad sólo la empeora

Debido a que hemos tratado el tema de la depresión con guantes de seda durante tanto tiempo, la gente se siente instintivamente incómoda al hablar del tema al comienzo. Pero no podemos hacer caso omiso y esperar que se ellos curen por sí solos. Al abandonar el estigma asociado con la enfermedad y ser receptivos a aquellos que están preocupados por su bienestar o el de un ser querido, podemos iniciar la conversación de forma proactiva y útil, sin reforzar sentimientos negativos o destructivos. De esta manera, más personas van a expresar cómo se sienten antes de que los sentimientos se vuelvan más graves y negativos, e incluso mortales,  y comenzarán a buscar el apoyo que realmente necesitan.


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