Sobre este Blog

Buena parte de los pacientes que nos llegan a los analistas junguianos, psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras y médicos, padecen de depresión. No es raro que esto suceda si se tiene en cuenta que unos 350 millones de personas sufren de esta enfermedad en el mundo. La depresión reduce la capacidad de las personas para enfrentar los retos de la cotidianidad, y ocasiona el deterioro de las relaciones familiares, laborales y sociales. Dentro de las causas para desencadenarla se combinan múltiples factores: genéticos, biológicos, psicológicos y sociales. También pueden contribuir a gestarla situaciones difíciles de la vida, como los duelos de todo tipo, el desempleo, el abuso temprano, los conflictos familiares. Los tratamientos que se recomiendan son igualmente variados, desde modificaciones en el estilo de vida para los casos más leves, hasta los psicoanálisis (no sólo junguianos), psicoterapias y medicamentos, en casos más severos. A pesar de lo anterior, se trata aún de una enfermedad muy poco conocida. Este blog intenta contribuir a divulgar información sobre ella, desde todos los enfoques; pensamos que una crisis mundial como esta necesita de todo tipo de miradas. Hasta la de humor...

jueves, 7 de noviembre de 2019

Depresión, el trastorno que está consumiendo las vidas de bogotanos

Por: Redacción Bogotá - Diario El Tiempo. 06 de noviembre 2019 , 10:46 p.m.
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“La ciudad me agobia. Me levanto de buen ánimo, con muchos proyectos en la cabeza, pero luego ver que el tráfico consume lo mejor de mi día, que me hace pelear con mi pareja, que acaba mi energía, me siento triste y ese sentimiento es cada día más intenso”.

“Me siento frustrado, triste. Estoy harto del sistema educativo. Estudio Derecho, pero las dificultades son muy grandes. Por más que estudio, no logro sacar una nota excelente en los exámenes. La presión es muy grande, siento que los otros son mejores que yo”.

“Todo el tiempo estoy proyectando cosas para mi vida, planeando, escribiendo listas de cosas que hacer. La ansiedad me consume. Lo más triste es que la adrenalina me hace sentir bien mientras concreto las cosas, pero luego de que las logro, eso no me produce felicidad; es como un estado sin sentimientos, plano”.

“Mis papás son muy exitosos, pero solo se la pasan trabajando, incluso los fines de semana, salen temprano y llegan tarde. La única distracción que tengo en la casa son los juegos de video. Lo tengo todo, pero me siento solo. No sé qué hacer. Tengo episodios de pánico inexplicables”.

Y así son incontables las manifestaciones que EL TIEMPO encontró en redes sociales, en institutos de terapia psicológica, en páginas universitarias de personas que contando sus casos piden a gritos que alguien las escuche porque la depresión está consumiendo sus vidas.

Según cifras de la Secretaría de Salud solicitadas por este diario, solo durante el año 2018 fueron diagnosticados en Bogotá 92.035 casos de depresión, y en lo que ha corrido de este año hasta el mes de agosto, ya van 34.909.


Casos de depresión por localidades


Los expertos de la entidad explican que la depresión clínica es un trastorno del estado anímico, en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida cotidiana durante semanas, y en los peores casos durante años.

Y ya hay estudios que apuntan a que el caos de la ciudad es un detonante para que más personas terminen padeciendo esta enfermedad. Un estudio de la Universidad de los Andes realizado en 11 ciudades de América Latina reveló que los trancones están asociados a síntomas depresivos. En Bogotá, por ejemplo, 36 % de los encuestados presentaron alteraciones y efectos negativos en su salud mental.

Otros estudios dan cuenta de que los discursos negativos, cada vez más recurrentes en el ámbito social urbano, también están relacionados con este trastorno.

Este año, el Servicio de Atención Psicológica (SAP) de la Universidad Nacional detectó que las narraciones de personas con síntomas depresivos se caracterizan por el uso de términos negativos, pesimistas y destructivos para referirse a sí mismos, lo que genera una identidad basada en conceptos desfavorables.

“Las personas deprimidas se narran y se construyen con palabras como culpa, tristeza, odio, rabia, ansiedad, soledad; a diferencia de las personas que no están en una etapa de depresión, quienes expresan un lenguaje más amplio y se refieren a sí mismas con términos positivos o neutrales”, explicó la psicóloga Zaseth Cristina Arias, estudiante de la maestría en Psicología Clínica de la Unal, quien relacionó las narrativas de los pacientes con problemas psicológicos asociados con la depresión.

La situación es alarmante en varias localidades, pero las que más casos registran son Kennedy, Usaquén y Teusaquillo. Según el análisis de la SDS, son varias las causas de esta situación. Entre los factores genéticos está la presencia de antecedentes de depresión en el ámbito familiar, factores fisiológicos relacionados con un descenso de los niveles de serotonina a nivel de uniones neuronales, así como por enfermedades relacionadas con alteraciones endocrinas y factores ambientales como el estrés y la ansiedad en los ámbitos laborales y familiares.

Lo más alarmante es que los casos críticos no tratados terminan en muchas ocasiones en suicidios consumados. Según cifras del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre el 2016 y el 2018 se han registrado en Bogotá 1.090 de estos hechos: 136 en Kennedy, 120 en Suba, 111 en Ciudad Bolívar, agrupan el 33,7 por ciento de los casos que se reportaron en ese lapso.

¿Qué está haciendo el Distrito?

Cuando se le preguntó al Distrito qué estaba haciendo para atender esta problemática de manera asertiva, respondió que todos los enfermos tienen derecho a la Ruta Integral de Atención para Problemas y Trastornos Mentales y Epilepsia, una estrategia de carácter preventivo y de atención integral que busca garantizar los servicios a los ciudadanos.

La intención es reducir la morbilidad y la mortalidad por dichas causas.

Esta ruta comprende el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación y la paliación, a través de servicios ambulatorios, internación parcial, urgencias y hospitalización, y según afirmaron, a cargo están especialistas en psiquiatría, psicología, psicología clínica y de la salud, enfermería, trabajo social, terapia ocupacional, terapia de lenguaje y fisioterapia.

También, aseguran, hay gestores que visitan los hogares para identificar riesgos en salud mental. Se realiza la valoración por medicina general y se define si el usuario requiere de la atención especializada con profesionales en trabajo social, terapia ocupacional, psicología o psiquiatría.

Con esta estrategia se ha logrado 117.839 personas tamizadas en los hogares, 12.218 personas inscritas en la ruta y 2.620 personas con atención integral. A su vez, mediante el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Conducta Suicida (Sisvecos) de la Secretaría de Salud, durante 2018 se identificaron 12.640 casos de conducta suicida. Se canalizaron 524 casos para continuar con seguimiento en el hogar y 5.823 casos se encaminaron a los servicios de salud. La estrategia ha funcionado, pero hace falta que toda la sociedad en su conjunto atienda esta situación como lo que es: un problema de salud pública.

martes, 8 de octubre de 2019

La Depresión según la OMS

Por: Organización Mundial de la Salud - Tomado de la Web de la OMS | 22 de marzo de 2018
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Datos y cifras
  • La depresión es un trastorno mental frecuente. Se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
  • La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
  • La depresión afecta más a la mujer que al hombre.
  • En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio.
  • Hay tratamientos eficaces para la depresión.

Generalidades

La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, y se calcula que afecta a más de 300  millones de personas. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.

Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos tratamientos. Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta. Otra barrera para la atención eficaz es la evaluación errónea. En países de todo tipo de ingresos, las personas con depresión a menudo no son correctamente diagnosticadas, mientras que otras que en realidad no la padecen son a menudo diagnosticadas erróneamente y tratadas con antidepresivos.

La carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento. En una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud adoptada en mayo de 2013 se abogó por una respuesta integral y coordinada de los países al problema de los trastornos mentales.


Tipos y síntomas

Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves.

Una distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y recidivantes, especialmente cuando no se tratan.

Trastorno depresivo recurrente: como su nombre indica, se caracteriza por repetidos episodios de depresión. Durante estos episodios, hay estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad, todo ello durante un mínimo de dos semanas. Muchas personas con depresión también padecen síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica.

Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves. Las personas con episodios depresivos leves tendrán alguna dificultad para seguir con sus actividades laborales y sociales habituales, aunque probablemente no las suspendan completamente. En cambio, durante un episodio depresivo grave es muy improbable que el paciente pueda mantener sus actividades sociales, laborales o domésticas si no es con grandes limitaciones.

Trastorno afectivo bipolar: este tipo de depresión consiste característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Los episodios maníacos cursan con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir.

Factores contribuyentes y prevención

La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, traumatismos psicológicos) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión.

Hay relaciones entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.

Está demostrado que los programas de prevención reducen la depresión. Entre las estrategias comunitarias eficaces para prevenirla se encuentran los programas escolares para promover un modelo de pensamiento positivo entre los niños y adolescentes. Las intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta pueden reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus hijos. Los programas de ejercicio para las personas mayores también pueden ser eficaces para prevenir la depresión.

Diagnóstico y tratamiento

Hay tratamientos eficaces para la depresión moderada y grave. Los profesionales sanitarios pueden ofrecer tratamientos psicológicos, como la activación conductual, la terapia cognitiva conductual y la psicoterapia interpersonal, o medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los antidepresivos tricíclicos. Los profesionales sanitarios deben tener presentes los posibles efectos adversos de los antidepresivos, las posibilidades de llevar a cabo uno u otro tipo de intervención (por disponibilidad de conocimientos técnicos o del tratamiento en cuestión) y las preferencias individuales. Entre los diferentes tratamientos psicológicos a tener en cuenta se encuentran los tratamientos psicológicos cara a cara, individuales o en grupo, dispensados por profesionales o por terapeutas legos supervisados.

Los tratamientos psicosociales también son eficaces en los casos de depresión leve.

Los antidepresivos pueden ser eficaces en la depresión moderada a grave, pero no son el tratamiento de elección en los casos leves, y no se deben utilizar para tratar la depresión en niños ni como tratamiento de primera línea en adolescentes, en los que hay que utilizarlos con cautela.

Respuesta de la OMS

La OMS, entre otras organizaciones, ha elaborado manuales sobre intervenciones psicológicas breves para tratar la depresión, que pueden ser utilizados por trabajadores no profesionales. Un ejemplo de ello es Enfrentando problemas plus (EP+), un manual que explica la utilización de la activación de la conducta, el entrenamiento en relajación, el tratamiento para la resolución de problemas y el fortalecimiento del apoyo social. Además, el manual Terapia de grupo interpersonal (TGI) para la depresión explica la manera de tratar este trastorno. Por último, el manual Pensamiento saludable se refiere a la utilización de la terapia cognitivo-conductual para tratar la depresión perinatal.