Hasta hace poco los pacientes psiquiátricos debía recurrir al ensayo y error para encontrar el mejor tratamiento para su enfermedad. Pero ahora con un simple examen de saliva, un psiquiatra podrá saber en poco tiempo cuál es el tratamiento más eficaz para su paciente.
La prueba, conocida como Genetest, fue diseñada por un grupo de investigadores para darle solución a uno de los problemas más recurrentes entre las personas con patologías mentales como depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar o ansiedad. Si bien algunos de ellos se adaptan sin mayores problemas a los tratamientos disponibles para otros es difícil encontrar la droga más adecuada pues, así como un traje no le queda bueno a todo el mundo, no todos los medicamentos son efectivos para cualquier paciente.
Según Jordi Espadaler Mazo, doctor en biología molecular y coautor de la prueba, hay pacientes típicos pero otros son refractarios. A estos últimos no les hacen efecto ciertas drogas o necesitan dosis diferentes a las recomendadas por la industria farmacéutica que fabrica el producto. Estas diferencias se deben a que entre una persona y otra hay variaciones genéticas.
Antes el médico debía probar uno y otro medicamento para ver si obtenía mejores resultados. Los pacientes por su parte buscaban otros médicos hasta que alguno daba con el correcto, en un peregrinar que podía durar 3 años. “Era un proceso de prueba y error”, dice Espadaler. El agravante era que mientras se encontraba “a estos pacientes se les detenía la vida”, porque estas enfermedades pueden llegar a inhabilitar la vida laboral y social del paciente.
La prueba desarrollada por Genetest es un método más científico de llegar a este medicamento ideal. Se usa la saliva porque es el vehículo más fácil que tienen los siquiatras para obtener el ADN del paciente. La prueba tiene capacidad para analizar por lo menos 30 genes involucrados en el metabolismo de las medicaciones psiquiátricas. Estos se contrastan con 51 productos aprobados para tratar diferentes condiciones en el campo de la salud mental entre los que se encuentran antidepresivos, antipsicóticos, anticonvulsivantes, estabilizadores del ánimo.
La muestra se envía a España donde se hace el análisis. Al cabo de una semana el médico tiene a disposición los resultados por vía digital. La lectura de este reporte es sencilla: Los medicamentos que aparecen en verde son los medicamentos más indicados para el paciente y los que aparecen en rojo son los que deben evitar. Un paciente, por ejemplo, puede resultar ser un metabolizador lento de una droga y esta información le ayuda al médico a ajustar la dosis o a escoger otra droga que tenga mayor eficacia según ese perfil genético.
Hasta el momento se han hecho varios estudios que prueban la eficacia de la droga. En uno de ellos participaron más de 500 pacientes con diagnóstico de depresión de tres centros clínicos de Madrid (España). El trabajo pudo establecer que la prueba farmacogenética aumentó significativamente la tasa de respuesta durante el tiempo del estudio, que fue de 3 meses. “Al usar esta información se mejoran los síntomas pero también se reduce la intensidad de los efectos adversos“, señala Espalader.
Este es uno de los primeros ejemplos de medicina personalizada que se da en un campo diferente al de la oncología, señala el experto. Las ventajas de la farmacogenética son grandes pues el tiempo que se gana en conocer el medicamento más efectivo ayuda a que el paciente reciba mejoría más pronto y por lo tanto no interrumpa su vida laboral. “El sistema de salud también se beneficia porque no pierde recursos económicos atendiendo este paciente sin resultados”, dice Espadaler.
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